Los vehículos eran muy pero que muy amigos, los tres tenían la misma ilusión, hacer muchos quilómetros, recorrer mundo y visitar Nueva York.
Un día los tres hablaron y se pusieron de acuerdo, decidieron cumplir su sueño.
Cogieron su mochila se metieron en la autopista camino a Nueva York.
El viaje fue tranquilo, paraban para repostar y también para descansar.
Pero no se dieron cuenta que por sus propios medios nunca, nunca a Nueva York podrían llegar.
Pobre coche, pobre moto y pobrecito tractor.
Se pusieron muy tristes ya no podrían cumplir su ilusión.
A no ser que fueran en un gran barco o en un potente avión.
(Me olvide de contaros que el coche, la moto y el robusto tractor han nacido en Mollet y desde allí emprendieron su camino, su camino a Nueva York.)
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