En su casa tenia perros, gatos y unos preciosos periquitos azules.
Su mama cuando la vio entrar con la tortuga se echo las manos a la cabeza y le dijo que no trajera más animales a su casa que no podía adoptar a todos los animalitos que encontraba abandonados en la calle.
La niña le respondió no te preocupes mama que yo la cuidare. Ella adoraba a todos los animales y siempre decía que cuando fuera mayor tendría una granja.
Las vacas le hacían mucha gracia, le gustaban mucho los cerditos pero sus animales preferidos eran los burritos.
Si estoy decidida cuando sea mayor tendré una granja. Mientras tanto decía la niña cuidare de los animalitos que tengo ahora en casa.
Y a la tortuga pensó la niña que le puedo dar de comer a la tortuguita y empezó dándole verduras y hortalizas y la tortuguita no las probó, entonces le dio varios tipos de frutas como el plátano, la fresa, la manzana y tampoco, la tortuga seguía sin comer.
Entonces pensó haber si es carnívora y le dio un poco de carne picada y salchicha de Frankfurt por que le habían dicho que a las tortugas les gustaba mucho, pero la tortuga seguía sin comer.
La niña muy preocupada se lo dijo a su mama porque la pobre tortuguita estaba ya muy débil y su madre le dijo que no debió de haberla cogido del riachuelo porque aquel era su hogar.
Al cabo de unos días la niña y sus amiguitos fueron a jugar cerca del riachuelo y estuvieron buscando a ver si la volvían a ver por que la niña estaba muy triste y preocupada.
De pronto la niña vio a la tortuguita, estaba comiendo flores, muchas flores y hojitas tiernas, pero no estaba sola estaba junto a otras tortuguitas unas eran más grandes y otras más pequeñitas pero todas, todas se veían muy felices y contentas.
La niña se marcho a su casa mucho más tranquila, comprendió que hay animales que tienes que dejarlos en su habitat natural.
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