ORFANATO

Os voy a contar una historia: La historia de una familia buena y generosa.

Un día los padres decidieron hacer una reunión y llamaron a sus dos hijas al salón.
Le preguntaron a las niñas que les parecería a ellas si ellos decidieran adoptar a un niño, las niñas se miraron extrañadas y les preguntaron si  se habían cansado de ellas y si ya no las querían.
Los padres las abrazaron y les dijeron que las querían muchísimo más que a nadie en el mundo.
¿Entonces porque queréis tener más hijos? Les preguntaron a sus padres.
La madre les explico que hay muchos niños que no tienen padres, que viven en orfanatos pasando muchas necesidades y sin cariño de nadie, que muchos no saben ni leer ni escribir  y viven sin saber que fuera del orfanato hay familias que son  felices como la de ellos.
A demás estos niños, estos pobres niños siempre tienen una mirada muy triste, nosotros queremos adoptar a uno y me gustaría que lo quisierais muchísimo ya que sería vuestro hermano.
Las niñas se pusieron muy contentas les hacía mucha ilusión tener un nuevo hermano.
Al cavo de un tiempo les notificaron a los padres que ya podían ir a buscar al niño al orfanato.
¡Qué emoción! ¡Qué alegría! ¡Qué nervios!
En la casa estaba todo listo, le habían preparado una bonita habitación con muchos juguetes, estanterías llenas de cuentos, cuadernos y lápices de colores, todo estaba preparado para la llegada de su nuevo hermano.
Sintieron un coche, las niñas se asomaron a la ventana y los vieron llegar por el jardín.
Salieron corriendo escaleras abajo para recibirlo.
El niño era más pequeño que ellas, parecía asustado y tenía una mirada triste muy triste.
Lo abrazaron muy fuerte, lo cogieron de la mano y se lo llevaron corriendo a enseñarle su nueva casa.
Cuando subieron a su habitación el niño se abrazo a un osito de peluche y se puso a llorar, no se podía creer lo que le estaba pasando nadie, nadie lo había tratado nunca con tanto cariño.
Llego la hora de la comida los padres habían invitado a toda la familia y a los amigos más allegados para presentar a su nuevo hijo y celebrar que ya eran uno más de familia.
El niño estaba asombrado no conocía casi ningún alimento que había en la mesa, cuando le preguntaron que quería comer, el niño contesto quiero sopa de fideos, hoy toca sopa de fideos, mañana tocara arroz  hervido, un día fideos otro día arroz.
Era lo que el niño desde hace años estaba acostumbrado. Todos los invitados se quedaron callados, todos tenían un nudo en la garganta.
Apenas pudieron comer.
A la mañana siguiente esta familia junto con algunos amigos se fue al orfanato y decidieron subvencionarlo, compraron cómodas camas mantas, libros juguetes y nunca les falto sus cinco comidas al día.
(De la sopa de fideos y del arroz hervido nunca más se supo)