miércoles, 28 de septiembre de 2011
sábado, 24 de septiembre de 2011
EXCURSION
Bueno le dijo la taza voy a avisar a mi gran amigo el porrón.
La taza se lo dijo al porrón y los cuatro se marcharon de excursión.
Salieron de la cocina y se adentraron en el salón.
Qué bonito era todo, cuanto lujo, cuanto sillón qué bonitos cuadros, qué gran televisor.
Se quedaron embobados y siguieron su excursión.
Subieron un peldaño y vieron un cuarto de baño, qué sobrio pero no les causo ninguna sensación.
Subieron las escaleras, que cansancio tuvieron que hacer un parón.
Cuando se les fue el cansancio, entraron en una gran habitación que bonita cuanta iluminación, tenía bonitos muebles y unas cortinas conjunto con el edredón.
Sintieron un portazo, era la señora de la casa que junto a sus hijos habían llegado.
Decidieron que su excursión ya había terminado y a toda prisa a la cocina llegaron.
Esta historia la han protagonizado: El plato, la taza y el cucharón con su gran amigo el porrón.
La taza se lo dijo al porrón y los cuatro se marcharon de excursión.
Salieron de la cocina y se adentraron en el salón.
Qué bonito era todo, cuanto lujo, cuanto sillón qué bonitos cuadros, qué gran televisor.
Se quedaron embobados y siguieron su excursión.
Subieron un peldaño y vieron un cuarto de baño, qué sobrio pero no les causo ninguna sensación.
Subieron las escaleras, que cansancio tuvieron que hacer un parón.
Cuando se les fue el cansancio, entraron en una gran habitación que bonita cuanta iluminación, tenía bonitos muebles y unas cortinas conjunto con el edredón.
Sintieron un portazo, era la señora de la casa que junto a sus hijos habían llegado.
Decidieron que su excursión ya había terminado y a toda prisa a la cocina llegaron.
Esta historia la han protagonizado: El plato, la taza y el cucharón con su gran amigo el porrón.
martes, 20 de septiembre de 2011
PALOMITAS
Estas dos familias son rivales y hace muchos años que no se hablan.
En la cocina donde viven, procuran estar separadas.
Cada familia en estanterías diferentes.
Pero el destino quiso que un día los dueños de la cocina los pusieran juntos en la mesa.
Allí se encontró el señor sal y la señora azúcar, se miraron de reojo y con rencor.
Cada uno de ellos se creía que en la cocina era el más importante y menos preciaba al otro.
El señor de la sal presumía que él hacia las comidas más salerosas y sabrosas y que casi todas las comidas dependían de él.
La señora azúcar le respondió, que ella endulzaba todo lo que tocaba y le dijo: que sería un arroz con leche sin mí, tampoco existirían unas buenas natillas si yo no estuviera presente.
El señor de la sal le contesto: pero que me dices de las calorías que tienes, las personas te repudian y no te quieren.
La señora azúcar le respondió: prefiero ser calórica a subir la tensión que es lo que haces tú.
De pronto pusieron en la mesa dos platos con palomitas (Sabéis lo que paso) que cogieron y pusieron sal en un plato y azúcar en el otro.
Por eso no vale la pena estar enfadados, los dos sois necesarios.
Entonces recapacitaron y pensaron que llevaban ya muchos años separados y decidieron, saleros y azucareros vivir juntos para siempre.
En la cocina donde viven, procuran estar separadas.
Cada familia en estanterías diferentes.
Pero el destino quiso que un día los dueños de la cocina los pusieran juntos en la mesa.
Allí se encontró el señor sal y la señora azúcar, se miraron de reojo y con rencor.
Cada uno de ellos se creía que en la cocina era el más importante y menos preciaba al otro.
El señor de la sal presumía que él hacia las comidas más salerosas y sabrosas y que casi todas las comidas dependían de él.
La señora azúcar le respondió, que ella endulzaba todo lo que tocaba y le dijo: que sería un arroz con leche sin mí, tampoco existirían unas buenas natillas si yo no estuviera presente.
El señor de la sal le contesto: pero que me dices de las calorías que tienes, las personas te repudian y no te quieren.
La señora azúcar le respondió: prefiero ser calórica a subir la tensión que es lo que haces tú.
De pronto pusieron en la mesa dos platos con palomitas (Sabéis lo que paso) que cogieron y pusieron sal en un plato y azúcar en el otro.
Por eso no vale la pena estar enfadados, los dos sois necesarios.
Entonces recapacitaron y pensaron que llevaban ya muchos años separados y decidieron, saleros y azucareros vivir juntos para siempre.
jueves, 15 de septiembre de 2011
PALETAS
¿Qué horror? no soporto el ruido, es lo peor de lo peor.
Golpes, martillazos y el más fuerte es el del taladrador.
Hay baldosas rotas por todas partes sacos de runa y polvo que parece tener vida que se expande por toda la habitación.
Tengo ganas que terminen que termine tanto follón.
No puedes limpiar la casa, porque no paran de picar y como hay tanto polvo todo vuelve a quedar igual.
Tengo ganas que terminen y la ducha poder estrenar.
¡Hay que bonito va a quedar!
Pero me lo pensare mucho y mucho, porque la cocina también me la debería de cambiar.
Golpes, martillazos y el más fuerte es el del taladrador.
Hay baldosas rotas por todas partes sacos de runa y polvo que parece tener vida que se expande por toda la habitación.
Tengo ganas que terminen que termine tanto follón.
No puedes limpiar la casa, porque no paran de picar y como hay tanto polvo todo vuelve a quedar igual.
Tengo ganas que terminen y la ducha poder estrenar.
¡Hay que bonito va a quedar!
Pero me lo pensare mucho y mucho, porque la cocina también me la debería de cambiar.
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