Era un Rey muy malvado, tenía a todos sus súbditos atemorizados.
Los pobres aldeanos le tenían que dar parte de sus cosechas y de su ganado.
Era un Rey malo feo y muy avaricioso. Todo lo contrario que su hija la princesita que era bondadosa y muy generosa.
A demás era bellísima su belleza igualaba a su dulzura tenía grandes ojos azules y una mirada trasparente.
A pesar de estar encerrada quería y perdonaba a su padre el Rey de Perpetuenca.
Era bien sabido en los países vecinos que el Rey de Perpetuenca tenía una hermosa hija casadera por eso el malvado Rey no quería que nadie conociera a su hija.
El quería reinar siempre y si su hija se casaba con algún príncipe el dejaría de reinar era un Rey muy malo y codicioso por eso tenía a la princesita encerrada.
Un día la Reina madre pudo subir a la torre cosa que tenía prohibido y le dijo a la princesa: Hija mía hija mía me voy a cambiar por ti ahora que tu padre el Rey no está.
Pero márchate lejos no te quedes en la aldea márchate a otro país.
Porque cuando el Rey se entere seguro que irá a por ti.
La princesita se puso las ropas que su madre la Reina le había traído y se marcho.
Pero no se fue lejos se quedo en su aldea en su pueblo en su noble villa en su país.
Hablo con los aldeanos con los leñadores y hasta un príncipe que pasaba por allí también la pudo oír.
Decidieron unirse todos y luchar contra el malvado Rey y conseguir que Perpetuenca fuera un reino prospero y feliz.
La princesa agradecida dio a sus súbditos partes de la riqueza que su padre tenía y se caso con el príncipe y fueron muy felices y como la princesa era tan bondadosa perdono a su padre el Rey de Perpetuenca.
me gusto el cuento muchas gracias
ResponderEliminarmuy buenos lo gif felicidades
ResponderEliminarGRACIAS POR TU COMENTARIO
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