lunes, 23 de julio de 2012

PEQUEÑA P 9


Pequeña P vivía con su abuelo en un bonito pueblo pesquero su abuelo era el que cuidaba el faro, su tíos y primos eran pescadores.
Por las mañanas salían a la mar a pescar, pescaban sardinas, jureles, merluzas y atunes.
Todos Vivian de la pesca y se ayudaban unos a otros era una familia muy bien avenida.
En alta mar también vivía otra familia, una familia de ballenas que nadaban y jugaban con su hijita una preciosa ballenita.
Sus padres siempre advertían a la ballenita que nunca se acercara a la orilla por que correría un gran peligro.
Las ballenas solo estamos seguras si nadamos en las profundidades del mar.
Pero una noche mientras sus papas  estaban durmiendo la ballenita se escapo, nado y nado y a la orilla quiso llegar pero de repente una luz muy fuerte apareció  iluminando el mar era la luz del faro.
La ballena no se asusto y siguió adelante hasta que quedo atrapada por las redes de los pescadores, entonces quiso dar la media vuelta y marcharse a las profundidades del mar pero fue demasiado tarde.
Los padres cuando se despertaron vieron que la pequeña ballena no estaba y la fueron a buscar.
El papa ballena estaba muy preocupado porque la ballenita siempre le preguntaba que era aquello que por la noche daba tanta luz, él le explicaba que era un faro y serbia para orientar a los pescadores cuando de noche volvían a casa.
Los padres de la ballenita se miraron y pensaron ya sabemos dónde puede estar, si nadamos hacia la orilla la podremos salvar  porque si se fue haber el faro seguro que en las redes de los pescadores  atrapada estará.
Miraremos de romper la red y a si la podremos salvar.
Así lo hicieron rompieron la red sacaron a su ballenita y a todos los peces que habían pescado ese día.
Las ballenas se fueron rápidamente nadando a las profundidades del mar, no les gusto que su ballenita fuera tan desobediente.
Pero no la castigaron tuvo un buen susto viéndose entre las redes.
Las ballenas miran desde lejos el faro que  gracias al abuelo de Pequeña P  hace que se ilumine el mar entero.         FIN

martes, 17 de julio de 2012

PEQUEÑA P 8

Se hacía tarde, la mama de Pequeña P tenía muchas cosas que hacer llevar a Lorenzo al médico a que le dieran un vistazo se había peleado con unos niños y  una piedra voladora le cayó en la cabeza, según dijo el.
Era el más pequeño y el más travieso, después tenía que acercarse al instituto donde estudiaba Lucas la tutora quería hablar con ella.
La pobre mujer no podía abarcar con todo le faltaban manos le faltaban horas, por eso le pidió a Pequeña P que le llevara la comida a su padre, no era la primera vez que se la había llevado, por eso le dijo ten mucho cuidado cuando te montes en el metro no te pases de estación vigila y estate muy atenta. Su madre no se quedo muy tranquila porque la Pequeña P tenía que coger el metro sola.
El padre trabajaba en una empresa  hacia muchas horas, y se quedaba a comer en el trabajo.
Pequeña P preparo la fiambrera y le puso el potaje, el potajillo de garbanzos que con tanto cariño había preparado su madre.
Pequeña P cogió su mochila y se fue a llevarle la comida a su padre, cuando se acerco al metro vio que las escaleras mecanicas no funcionaban y todas las personas subían y bajaban por las mismas escaleras.
Subía y bajaba mucha gente, alguien le dio un empujón sin querer, la fiambrera donde llevaba el potajillo para su padre salió volando, no sé sabe como paso pero la fiambrera se abrió.
No os podéis ni imaginar cómo se quedaron las escaleras del metro, llenitas de garbanzos,
Pequeña P se puso a llorar no se sabe si por vergüenza o porque su pobre padre se quedaría sin su potajillo.
Las personas que estaban en el metro unos con caras sonrientes y otros con caras de tristeza por ver aquella situación, hicieron una recolecta y le dieron dinero suficiente para que Pequeña P pudiera comprarle a su padre un suculento bocadillo de calamares.
Después de aquel día  Pequeña P no fue nunca jamás a llevarle comida a su padre.
Si por el metro os encontrarais algún garbanzo, recogerlo como recuerdo aunque ya este seco. O Me lo enviáis por correo.

domingo, 15 de julio de 2012

PEQUEÑA P 7

Pequeña P es una niña alegre y divertida, siempre está contenta. Sus padres llevan varios años ahorrando para poderse ir de vacaciones.
Porque cada año se van a Santa Perpetua a casa de sus abuelos, a su mama le gustaría ir a Marbella y alojarse en un lujoso hotel cerca del mar.
Pero eso de momento no podrá ser.
A veces cuando su mama se enfada les dice que hará las maletas y se marchara a las Canarias.
En fin se acerca el verano y como cada año se irán a casa de sus abuelos.
En Santa Perpetua hay dos villas, villa azul y villa verde, en villa verde viven sus tíos y en villa azul sus abuelos.
En Villa verde Pequeña P se lo pasa muy bien porque puede jugar  con sus primos y a villa azul solo sube a dormir.
Un día paseando por la montaña con su prima se encontró una mochila, estaba muy sucia debía de llevar muchos meses allí, la abrió y la mochila estaba llena de castañas, castañas secas y una nota que decía, que el que encontrara la mochila y la llevara al pueblo más cercano aria una buena obra.
Las niñas se extrañaron mucho porque en la mochila no había nada solo castañas secas.
Bajaron a villa verde y entregaron la mochila a la policía y dentro de la comisaria prestaron declaración, cuando terminaron se marcharon otra vez a jugar.
Para Pequeña P fue toda una aventura se lo paso muy bien,  tanta mochila, tanto misterio.
Al cabo de unos días Pequeña P y sus padres tuvieron que regresar a Mollet del valles porque se les habían terminado las vacaciones.
Estando en Mollet del valles avisaron a Pequeña P que unos señores preguntaban por ella, sus padres los hicieron pasar a su casa iban  muy bien vestidos y venían acompañados de un policía.
Bueno señores dijo el policía como ustedes son los padres de Pequeña P tendrán que hacerse cargo de la fortuna que le han dejado a su hija, los padres no entendían nada.
El policía les presento a los abogados y ellos fueron los que explicaron lo que había pasado.
En el monte de Santa Perpetua vive el señor del castillo y un día decidió poner en una mochila castañas, le gustaba coger castañas, pero de repente pensó y si dejo la mochila pongo una nota para que la entreguen sabiendo que no hay nada de valor.
¿Alguien la devolverá? ¿O la dejara tirada en la montaña?
El señor del castillo dio orden a su abogado que si alguien devolvía la mochila tendría una recompensa, la niña les dio las gracias y les dijo que no quería nada, además ella encontró la mochila junto con su prima.
Los abogados que iban con un traje negro abrieron un maletín que llevaban y sacaron dos fajos de billetes uno para cada niña, fajos con mucho dinero.
El señor del castillo de Santa Perpetua es muy rico a sí de esta manera beneficia al pueblo y a la gente más honesta.
Pequeña P se puso muy contenta por fin sus padres podrían cumplir su sueño irse de vacaciones a un lujoso hotel de Marbella.    Y sin comer perdices todos fueron muy felices.

lunes, 9 de julio de 2012

PEQUEÑA P 6

Pequeña P es una niña muy famosa, todas las niñas y adolescentes se quieren parecer a ella.
Una mañana su madre le pregunto ¿Qué te pasa Pequeña P tienes mala cara te encuentras mal?
No sé que me está pasando, pero no te preocupes mama debe de ser el cansancio ya se me pasara.
Por la noche Pequeña P se fue a dormir y como siempre cogió un libro para leer un rato, pero no pudo leer las letras se movían y saltaban de página en página.
Pequeña P cerro el libro rápidamente y muy asustada se acostó.
A la mañana siguiente Pequeña P se lo explico a su madre, la cual aconsejo a la niña que no leyera por la noche por si tuviera la vista cansada.
Pero ella lo intentaba y cada noche le pasaba lo mismo, decidió no volver a leer ningún libro.
A Pequeña P también le gustaba hacer Sudokus y pensó los are antes de dormir a ver si así me relajo un poco.
Pero al abrir las páginas del Sudoku los números empezaron a saltar y a saltar, saltaban de una casilla a otra sin parar.
Pobre pequeña P tuvo que dejar de hacer Sudokus y de leer para poder descansar.
En uno de sus conciertos conoció a una anciana que le dio un sabio consejo, le dijo Pequeña p trabaja menos no te preocupes tanto de tus padres y hermanos, tienes una bonita casa y una buena posición.
Deja lo material y vive más la vida, por que llevas demasiadas cosas a tú cargo y recuerda que cuando eras más pequeña y no tenías tantas cosas eras más feliz.
Disfruta la vida y no dejes que los números y el dinero te causen problemas.
Se feliz Pequeña P y la anciana desapareció.
Pequeña P le hizo caso trabajo menos, estuvo más tiempo con su familia se dio cuenta que era lo más importante y desde ese día vive mucho más feliz.
Pequeña P puede leer y también hacer Sudokus y con menos cosas vive mucho más feliz. ¡HASTA  PRONTO!
        

domingo, 8 de julio de 2012

PEQUEÑA P 5

Pequeña P empezó a trabajar a la edad de trece años ella estaba muy contenta prefería trabajar, a tener que ir a la escuela, su familia no quería pero ella insistió mucho, mucho hasta que lo consiguió.
Era invierno hacia mucho frio y a Pequeña P le compraron un chaquetón de color marrón muy calentito para que por las mañanas cuando fuera a trabajar no pasara frio.
En el recibidor de su casa tenían un perchero donde colgaban las chaquetas y los abrigos.
Pequeña P se levanto muy temprano estaba muy nerviosa por su nuevo trabajo, se tomo su vasito de café con leche se puso su chaquetón nuevo y se marcho a trabajar.
Cuando salió a la calle para ir a la parada del autobús la niña pensó hoy no hace tanto frio con este chaquetón voy mucho más abrigada no me hace falta ponerme los guantes casi no se me ven las manos cosa que le extraño un poco verse las mangas tan largas.
Como era muy temprano, estaba medio dormida y encima estaba oscuro no se dio cuenta.
Fue cuando se subió en el autobús cuando se percato de lo que pasaba las personas que estaban en el autobús la miraban de arriba abajo con una risa burlona, la Pequeña P pensó eso es envidia por llevar un chaquetón tan chulo y calentito.
¿Por qué la miraba la gente? No lo entendía.
Ando unos pasos y se quedo de pie junto a una ventana y cuando fue a sacar su monedero del bolsillo vio que no estaba, en el bolsillo solo había un gran pañuelo de hombre y una quiniela vieja, que extraño Pequeña P no entendía nada porque por la noche estuvo preparando su monederito y lo puso en el bolsillo estaba segura muy segura.
El conductor le dijo tienes que pagar el billete o bajarte en la próxima parada, Pequeña P se puso muy nerviosa y miro los demás bolsillos y entonces con la luz del autobús la niña se dio cuenta que el chaquetón que llevaba puesto no era suyo había cogido el chaquetón de su padre.
Una buena señora le pago el billete y Pequeña P le dio las gracias.
Pero como se presentaba en su nuevo trabajo ¡Por Dios! Como no se pudo dar cuenta que le quedaba tan grande.
Claro con razón iba tan calentita.
A ora venia lo peor tendría que entrar en la empresa con aquel gran chaquetón de su padre, mangas anchas y cuello con unas grandes solapas, además tenía un bolsillo a la altura del pecho que curiosamente se asomaban al menos tres bolígrafos.
Fue ahí cuando se quiso morir como no me pude dar cuenta de esos bolígrafos que siempre llevaba mi padre.
Empecé el día con mal pie y muy avergonzada pero tengo suerte en el trabajo les he caído bien, esplique lo que me había pasado y les hizo mucha gracia.
Bueno paso el día y cuando llegue a casa mi padre no se había dado cuenta de nada porque además de tener un chaquetón marrón parecido al mío también tenía un abrigo azul y era el que por la mañana se había puesto.
Así que no se entero.
Pequeña P a un lo sigue recordando era normal que las personas de aquel autobús sonrieran al ver a una niña con aquel  chaquetón con grandes solapas y con un bolsillo en el pecho con tres bolígrafos.
Pequeña P no sabe como paso, pero os aseguro que jamás volvió a dejar su chaquetón en el perchero del recibidor de su casa.