









La taza se lo dijo al porrón y los cuatro se marcharon de excursión.
Se quedaron embobados y siguieron su excursión.
Cada uno de ellos se creía que en la cocina era el más importante y menos preciaba al otro.
La señora azúcar le respondió: prefiero ser calórica a subir la tensión que es lo que haces tú.
¿Qué horror? no soporto el ruido, es lo peor de lo peor.
Hay baldosas rotas por todas partes sacos de runa y polvo que parece tener vida que se expande por toda la habitación.
No puedes limpiar la casa, porque no paran de picar y como hay tanto polvo todo vuelve a quedar igual.
Tengo ganas que terminen y la ducha poder estrenar.