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A lo lejos se
podía apreciar una estatua que estaba dentro de un estanque y de ella manaba
agua, como si fuese una fuente.
No lo podía remediar me invadía la curiosidad.
Todos los días me asomaba a la verga para poder
mirar y poder conocer la gente que allí podía vivir.
Sé que está feo mirar pero a mí me podía la
curiosidad.
O de lo contrario será un caserón encantado y
solamente viven los criados, por que los dueños son fantasmas o espíritus.
Yo cada día me quedo un rato mirando a ver si puedo
ver algo.
A veces se oyen risas, risas de niños pero yo no he
visto a ninguno.
Me gustaría tanto que algún día estuvieran en el
jardín jugando.
Bueno yo como soy tan curiosa me conformaría ver
algún niño o persona asomándose en esos ventanales tan enormes que tienen.
Detrás de esas cortinas se mueven a veces sombras, sombras que siempre se paran en la habitación
que hay arriba en el desván.
Desde la calle se ve la habitación, se ilumina
posiblemente con unas tristes velas.
Yo creo en los espíritus y en los fantasmas y no
creo que tengan poder para hacernos daño solo hacen el intento de asustarnos,
eso debe ser que de donde proceden no son felices.


Pero ahora soy amiga de todos ellos y me reciben con cariño abriéndome la verja todas las noches. Y COLORIN COLORADO ESTE CUENTO Ha TERMINADO
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