sábado, 23 de marzo de 2013

ABUELOS

abuelos

Mi abuela era una mujer pequeña y menuda, pero con el paso de los años su cuerpo a cambiado, sigue siendo pequeña, pero ya no se ve tan menuda es más bien gordita.
A mí me gusta hacerla rabiar, siempre le digo que no entiendo porque se ha engordado tanto.
No es que sea una mujer obesa pero yo siempre la recuerdo delgada, ella era una gran defensora de las dietas, pero ahora dice que nanay de pasar hambre y como ella y mi abuelo son de buen comer no se privan de ningún capricho.
Nunca he visto ni he conocido a ninguna pareja como ellos.
(Ya sé que hablo de mis abuelos pero es que ellos son una pareja muy especial)
Mis abuelos se conocieron siendo muy jóvenes y se juraron amor eterno.
Tuvieron un noviazgo largo, hasta que por fin se casarón, nunca los he visto discutir, bueno un poco sí a mi abuelo le encanta todo lo que tiene botones y mi abuela se pone de los nervios la pobre nunca consigue ver ninguna película ni series más de media hora seguida porque mi abuelo es el rey del mando y no para de cambiar el canal de la televisión.
Como ya os he dicho a esto no se le puede llamar discutir.
Son personas buenas, amables y lo principal es que me quieren muchísimo, la palabra no, no existe para ellos, siempre, siempre están cuando los necesito.
Mi abuelo es joven de corazón un poco cascarrabias pero es el mejor abuelo del mundo, es un trocico de pan.
Mi abuela es diferente, tiene muchas manías y más genio que mi abuelo, no le gusta el desorden pero sí la puntualidad, no quiere que toquen sus cosas procura que todo esté siempre en el mismo sitio tiene que estar siempre en el mismo lugar que ella lo deja.
Pero a pesar de sus manías y defectos yo la quiero igual
Mis abuelos aun sin poderlo siempre que los necesito están al pie del cañón.
Como me gustaría tenerlos cerca, abrazarlos y decirles lo mucho que los echo de menos.
Mi abuela procuró que a mi abuelo no le faltara de nada tenían unos ahorrillos y por eso estaba tranquila. Su salud fue empeorando cada vez tenía más dolores y menos movilidad.
Ella no quería aceptar que se había hecho mayor no entendía
que el paso del tiempo avía sido tan rápido.
Era  hora de estar tranquilos de cuidarse el uno al otro, de disfrutar lo que les quedaba de vida (Que tendría que ser mucha)
Pero bueno ella lo tomo de otra manera, las peores de las maneras.
Se fue hundiendo, dejo de sonreír y de estar alegre, aquellas tardes que pasaban jugando a cualquier juego de mesa que tanto les gustaban y a ella la hacían reír. Aquellas tardes desaparecieron.
Mi abuelo se quedaba sentado a su lado recordándole lo mucho que la quería y cogiéndola de la mano le hacía carantoñas, para poder sacarle aunque fuera una suave sonrisa.
No sé ni cómo ni cuándo pero mi abuela cogió una gran depresión. No hablaba con nadie, no nos quería ver quería que mi abuelo solo estuviera pendiente de ella.
Se aseguro que mi abuelo se aprendiera la medicación que el tomaba, le enseño la mejor manera de planchar la ropa, cuando cocinaba quería que él estuviera a su lado y le fue enseñando las comidas que ellos solían comer.
Le recordó donde guardaban todos los documentos importantes y los historiales médicos también escribió una nota con los números de teléfonos de su hija, nieta, medico, ambulancia y policía dijo que así se quedaba más tranquila.
Mi abuela parecía más activa tiraba la ropa vieja de mi abuelo y le compraba todo nuevo ropa para varios años, zapatillas, zapatos pijamas, ropa interior, calcetines, era todo muy extraño pero ella seguía sin dejarnos entrar en su casa, nosotros no podíamos hacer nada.
Por fin pude entrar a la casa y me pidieron que los acompañara al supermercado, compraron cosas extrañísimas latas de comida preparada, latas de leche condensada, mi abuela leía las etiquetas y solo compraba comida que tardara años en caducar
Como si para ellos fuera el fin del mundo no les pude preguntar porque no quería arriesgarme a que no me volvieran a dejar entrar en su casa.
Hicimos unos cuantos viajes con el coche no falto de nada detergente, jabón, pasta dental, champú, papel, higiénico etc.  etc. todo en grandes cantidades cuando compraron todo lo que creyeron necesario mi abuela se tranquilizo un poco.
Cuidaba a mi abuelo como a un rey siempre estaban juntos siempre se les veía felices, no se separaban en todo el día iban juntos a todos los lados, siempre juntos como dos enamorados.
El procuraba que ella no cogiera peso siempre estaba pendiente de ella, no paraba de decirle lo mucho que la quería y que cada día  estaba más bonita, ella reía sabia que no Hera cierto, pero cuando miraba la cara de su marido sabia que aquellos ojos no mentían siempre la miraba con mucho amor.  
Mi abuela hizo un trato con mi abuelo, ella no volvería a estar triste pero necesitaba estar sola, caminar, sola y pensar sola.
Mi abuelo acepto.
Lunes 9 de la mañana mi abuela le da un beso a mi abuelo y se marcha.
Apareció por casa a las 7 de la tarde, tan tranquila, todos  estábamos muy preocupados.
A la mañana siguiente mi abuela no le quita el ojo a mi abuelo, le dice que se haga el desayuno después que recoja la cocina y que durante el día haga la vida normal como si no estuviera ella.
A mí abuelo no le extraño ya  lo habían practicado antes, le demostraría a su querida mujer todo lo que ella le había enseñado.
Si señor, amor mío lo has hecho tu solo y no has tenido ayuda de nadie, que orgullosa estoy de ti.
Te recuerdo que mañana me vuelvo a ir a dar un paseo espero que hagas las cosas de casa igual que hoy.
No sabes con la tranquilidad que me voy.
A la mañana siguiente mi abuela volvió a hacer lo mismo con la diferencia que tardo tres días en volver a casa.
Estábamos desesperados a mi abuelo se le subió mucho la tensión y lo tuvimos que llevar al hospital, mi abuela apenas podía respirar y también la tuvimos que ingresar.
La moraleja de esta historia la saben los propios protagonistas, mi abuelo se recupero pero mi abuela se tuvo que quedar en el hospital cuando mi abuelo fue a verla, nada más entrar en la habitación con lágrimas en los ojos le dijo ¿Por qué siempre te tienes que salir con la tuya?
Se miraron fijamente y jamás en mi vida vi a dos personas con las miradas tan tristes después de un largo silencio mi abuelo con un nudo en la garganta le dijo. No mi amor no lo has hecho bien el trato era los dos.                                  

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