Mi abuela era una mujer
pequeña y menuda, pero con el paso de los años su cuerpo a cambiado, sigue siendo
pequeña, pero ya no se ve tan menuda es más bien gordita.
A mí me gusta hacerla rabiar,
siempre le digo que no entiendo porque se ha engordado tanto.
No es que sea una mujer
obesa pero yo siempre la recuerdo delgada, ella era una gran defensora de las
dietas, pero ahora dice que nanay de pasar hambre y como ella y mi abuelo son
de buen comer no se privan de ningún capricho.
Nunca he visto ni he
conocido a ninguna pareja como ellos.
(Ya sé que hablo de mis
abuelos pero es que ellos son una pareja muy especial)
Mis abuelos se conocieron
siendo muy jóvenes y se juraron amor eterno.
Tuvieron un noviazgo
largo, hasta que por fin se casarón, nunca los he visto discutir, bueno un poco
sí a mi abuelo le encanta todo lo que tiene botones y mi abuela se pone de los
nervios la pobre nunca consigue ver ninguna película ni series más de media
hora seguida porque mi abuelo es el rey del mando y no para de cambiar el canal
de la televisión.
Como ya os he dicho a esto
no se le puede llamar discutir.
Son personas buenas,
amables y lo principal es que me quieren muchísimo, la palabra no, no existe
para ellos, siempre, siempre están cuando los necesito.
Mi abuelo es joven de
corazón un poco cascarrabias pero es el mejor abuelo del mundo, es un trocico de
pan.
Mi abuela es diferente,
tiene muchas manías y más genio que mi abuelo, no le gusta el desorden pero sí
la puntualidad, no quiere que toquen sus cosas procura que todo esté siempre en
el mismo sitio tiene que estar siempre en el mismo lugar que ella lo deja.
Pero a pesar de sus manías
y defectos yo la quiero igual
Mis abuelos aun sin
poderlo siempre que los necesito están al pie del cañón.
Como me gustaría tenerlos
cerca, abrazarlos y decirles lo mucho que los echo de menos.
Mi abuela procuró que a mi
abuelo no le faltara de nada tenían unos ahorrillos y por eso estaba tranquila.
Su salud fue empeorando cada vez tenía más dolores y menos movilidad.
Ella no quería aceptar que
se había hecho mayor no entendía
que el paso del tiempo
avía sido tan rápido.
Era hora de estar
tranquilos de cuidarse el uno al otro, de disfrutar lo que les quedaba de vida
(Que tendría que ser mucha)
Pero bueno ella lo tomo de
otra manera, las peores de las maneras.
Se fue hundiendo, dejo de
sonreír y de estar alegre, aquellas tardes que pasaban jugando a cualquier
juego de mesa que tanto les gustaban y a ella la hacían reír. Aquellas tardes
desaparecieron.
Mi abuelo se quedaba
sentado a su lado recordándole lo mucho que la quería y cogiéndola de la mano
le hacía carantoñas, para poder sacarle aunque fuera una suave sonrisa.
No sé ni cómo ni cuándo
pero mi abuela cogió una gran depresión. No hablaba con nadie, no nos quería
ver quería que mi abuelo solo estuviera pendiente de ella.
Se aseguro que mi abuelo
se aprendiera la medicación que el tomaba, le enseño la mejor manera de
planchar la ropa, cuando cocinaba quería que él estuviera a su lado y le fue
enseñando las comidas que ellos solían comer.
Le recordó donde guardaban
todos los documentos importantes y los historiales médicos también escribió una
nota con los números de teléfonos de su hija, nieta, medico, ambulancia y
policía dijo que así se quedaba más tranquila.
Mi abuela parecía más
activa tiraba la ropa vieja de mi abuelo y le compraba todo nuevo ropa para varios
años, zapatillas, zapatos pijamas, ropa interior, calcetines, era todo muy
extraño pero ella seguía sin dejarnos entrar en su casa, nosotros no podíamos
hacer nada.
Por fin pude entrar a la
casa y me pidieron que los acompañara al supermercado, compraron cosas extrañísimas latas de comida preparada, latas de leche condensada, mi abuela
leía las etiquetas y solo compraba comida que tardara años en caducar
Como si para ellos fuera
el fin del mundo no les pude preguntar porque no quería arriesgarme a que no me
volvieran a dejar entrar en su casa.
Hicimos unos cuantos
viajes con el coche no falto de nada detergente, jabón, pasta dental, champú,
papel, higiénico etc. etc. todo en
grandes cantidades cuando compraron todo lo que creyeron necesario mi abuela se
tranquilizo un poco.
Cuidaba a mi abuelo como a
un rey siempre estaban juntos siempre se les veía felices, no se separaban en
todo el día iban juntos a todos los lados, siempre juntos como dos enamorados.
El procuraba que ella no cogiera
peso siempre estaba pendiente de ella, no paraba de decirle lo mucho que la
quería y que cada día estaba más bonita,
ella reía sabia que no Hera cierto, pero cuando miraba la cara de su marido
sabia que aquellos ojos no mentían siempre la miraba con mucho amor.
Mi abuela hizo un trato
con mi abuelo, ella no volvería a estar triste pero necesitaba estar sola,
caminar, sola y pensar sola.
Mi abuelo acepto.
Lunes 9 de la mañana mi
abuela le da un beso a mi abuelo y se marcha.
Apareció por casa a las 7
de la tarde, tan tranquila, todos
estábamos muy preocupados.
A la mañana siguiente mi
abuela no le quita el ojo a mi abuelo, le dice que se haga el desayuno después
que recoja la cocina y que durante el día haga la vida normal como si no
estuviera ella.
A mí abuelo no le extraño ya lo habían practicado antes, le demostraría a
su querida mujer todo lo que ella le había enseñado.
Si señor, amor mío lo has
hecho tu solo y no has tenido ayuda de nadie, que orgullosa estoy de ti.
Te recuerdo que mañana me
vuelvo a ir a dar un paseo espero que hagas las cosas de casa igual que hoy.
No sabes con la
tranquilidad que me voy.
A la mañana siguiente mi
abuela volvió a hacer lo mismo con la diferencia que tardo tres días en volver a
casa.
Estábamos desesperados a
mi abuelo se le subió mucho la tensión y lo tuvimos que llevar al hospital, mi
abuela apenas podía respirar y también la tuvimos que ingresar.
La moraleja de esta
historia la saben los propios protagonistas, mi abuelo se recupero pero mi
abuela se tuvo que quedar en el hospital cuando mi abuelo fue a verla, nada más
entrar en la habitación con lágrimas en los ojos le dijo ¿Por qué siempre te
tienes que salir con la tuya?
Se miraron fijamente y
jamás en mi vida vi a dos personas con las miradas tan tristes después de un
largo silencio mi abuelo con un nudo en la garganta le dijo. No mi amor no lo
has hecho bien el trato era los dos.